martes, 29 de enero de 2013

ANTONIO DE NEBRIJA, GRAMÁTICO.



Antonio Martínez de Cala y Jarava (Lebrija, Sevilla, 1441 - Alcalá de Henares, Madrid, 5 de julio de 1522), más conocido como Antonio de Nebrija o de Lebrija, fue un humanista español que gozó de fama como colegial en el Real Colegio de España de Bolonia. Ocupa un lugar destacado en la historia de la lengua española por haber sido pionero en la redacción de una gramática en 1492 y un diccionario latín-español ese mismo año y el español-latín hacia 1494, con relativa anticipación dentro del ámbito de las llamadas lenguas vulgares. Fue además historiador, pedagogo, gramático, astrónomo y poeta.

Biografía


Nació en la antigua Nebrissa Veneria, llamada hoy Lebrija, en la provincia de Sevilla, a 72 km de la capital, río Guadalquivir abajo, cerca de su margen izquierda y casi limitando con la provincia de Cádiz. Su padre fue Juan Martínez de Cala y su madre, Catalina de Xarana y Ojo. Fue el segundo de sus cinco hijos: 3 hermanos y 2 hermanas.

El joven Nebrija estudió humanidades en Salamanca. Cuando tenía 19 años, se trasladó a Italia. Él mismo lo dice en la publicación de su Vocabulario (c. 1494): "assi que en edad de diez y nueve años io fue a Italia", donde realizó su ingreso en el Colegio de San Clemente de Bolonia el 2 de marzo de 1463, gracias a una beca del obispado de Córdoba para estudiar Teología. Allí continuó sus estudios durante diez años más en la Universidad de Bolonia.

De vuelta a España, trabajó en Sevilla para el arzobispo Fonseca. Impartió clases entre 1470 y 1473 en la capilla de la Granada, situada en el patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla, según su propio testimonio, recogido por Martín Nieto: "En la tornada fui convidado por letras del muy Reverendo Padre Alonso de Fonseca, arzobispo de Sevilla".[] En 1473 consiguió un cargo como docente en la Universidad de Salamanca y en ese año se casó con Isabel Solís de Maldonado, según él mismo afirma en sus Aenigma juris civilis: "Quiso la fatalidad que la incontinencia me precipitase en el matrimonio". Enseñó gramática y retórica en la Universidad de Salamanca.

En 1488 pasó al servicio del Maestre de la Orden de Alcántara, Juan de Zúñiga o Estúñiga, como él escribe: "Porque después de casado y avido hijos avía perdido la renta de la iglesia... vuestra muy magnífica señoría lo remedió todo con las muchas y honoríficas mercedes dándome ocio y sosiego de mi vida. Y porque toda la cuenta de estos siete años desde comencé a ser vuestro...". Béjar, Gata, Alcántara, Brozas, Villanueva de la Serena, Zalamea de la Serena, Campanario son poblaciones donde se atestigua la presencia de Antonio de Nebrija durante esta etapa de su vida. En los últimos años de su vida, el Maestre de la orden de Alcántara fue Arzobispo de Sevilla. Durante esos tres años Antonio de Nebrija estuvo en Sevilla al servicio del arzobispo, que al mismo tiempo seguía ejerciendo de Maestre de la Orden de Alcántara.

Nebrija escribió sobre varias materias: cosmografía, botánica y teología. Es famoso por sus esfuerzos para reformar la enseñanza del latín. En 1481 publicó una gramática, Introductiones latinae.

Animado por el buen éxito de su libro anterior, y bajo la protección del cardenal sevillano Juan de Zúñiga, que le libró de sus obligaciones docentes, entre 1487 y 1502 escribió lo mejor de su obra gramatical.

En 1492 publicó su célebre Gramática castellana, obra por la que ha pasado a la historia. Ésta era la primera gramática de una lengua vulgar que se escribió en Europa. Nebrija dedicó este libro famoso a la reina Isabel I de Castilla (la Católica).

En 1502 intervino como latinista en los trabajos de lo que sería la Biblia Políglota Complutense que auspiciaba el cardenal Cisneros. Sin embargo, se enfrentó con los teólogos del equipo por cuestiones textuales, lo que hizo que abandonara el proyecto por ser sus comentarios contrarios a la Vulgata.

En 1505 regresa a la Universidad de Salamanca, donde vuelve a tener enfrentamientos con sus colegas. Estos enfrentamientos harán que sea suspendido durante un corto periodo. En 1509, no obstante, obtiene la cátedra de retórica, pero nuevas desavenencias, que impiden que trate la gramática como él cree que se merece, le hacen desistir y trasladarse a Sevilla.

En 1513, Cisneros le llama de nuevo para ocupar la cátedra de retórica de la recién fundada Universidad de Alcalá, con el privilegio de recibir sueldo sin obligación de dar las clases. Nebrija falleció en Alcalá de Henares en 1522.

Obras


  • Introducciones latinas, 1481
  • Gramática castellana, 1492
  • Diccionario latino-español (1492) y el Vocabulario español-latino (1494).
  • Reglas de ortografía española (1517)
  • Póstumamente se publicaron sus Reglas de ortografía en la lengua castellana (1523).
Nebrija escribió además obras menores sobre pedagogía, pesas, medidas, numeración, etc.

Ideas gramaticales de Antonio de Nebrija


Aunque Nebrija se basó en la obra de gramáticos latinos como Prisciano, Dimedes y Elio Donato, sus propias ideas le llevaron a discrepar de ellos en algunos puntos. Además, Nebrija consideraba que la gramática era la base de toda ciencia. Para Nebrija, la gramática se dividía en: ortografía, prosodia, etimología y sintaxis.

Esta división ha perdurado hasta la Edad Moderna. E igualmente otra distinción nebrijana perdura hasta recientemente: aquella que considera que las partes de la oración son ocho: nombre, pronombre, artículo, verbo, participio, preposición, adverbio y conjunción, y en sus notas añade gerundio y nombre participial infinito.

Nebrija considera al latín como lengua superior a las otras, y por ello, cuanto más se acerca una lengua al latín, más perfecta es. Esto hace que su gramática castellana sea una gramática a la manera latina. Sin embargo, la originalidad de Nebrija es patente, trayendo auténticas innovaciones en su género, mucho antes que el resto de lenguas vulgares. Intuyó además el origen de la lengua castellana a partir de un latín corrompido traído por los godos e influido por otras lenguas.

Su obra tuvo gran influencia en el mundo universitario, español y europeo, siendo una de las cumbres del humanismo en España. Recoge el legado clásico para revitalizar el estudio de las lenguas vivas.

Nebrija, impresor


Además de sus logros filológicos, Nebrija fue crucial para llevar la imprenta a Salamanca, pues el segundo libro que se publicó en esta ciudad fueron sus Introductiones, y puede que dirigiera también la imprenta, situación que se intentó cubrir, porque los negocios mercantiles habrían sido incompatibles con su puesto académico. No obstante, tanto su hijo como su nieto se hicieron impresores, y la mayoría de los incunables publicados en Salamanca fueron de Nebrija o de autores de su círculo. Esa primera imprenta de Salamanca estaba situada en la, desde entonces llamada, calle de Libreros. Asimismo fue el primer autor en reclamar derechos de autor en España y el mundo occidental, mucho antes que el Estatuto de la Reina Ana de 1709 del Reino Unido o las disputas de 1662, en las que interfirió la Unión de las Coronas.

Elio Antonio de Nebrija fue muy avanzado por su época y por eso no fue entendido por sus contemporáneos. Sin embargo consiguió entender la importancia de la gramática para unalengua y la relación entre una lengua escrita y la formación de una cultura estable y exitosa.

FRAGMENTO DE GRAMÁTICA, CAPITULO V, DE LOS PIES QUE MIDEN LOS VERSOS

Porque todo aquello que dezimos o está atado debaxo de ciertas leyes: lo cual llamamos verso: o está suelto dellas: lo cual llamamos prosa: veamos agora: que es aquello que mide el verso: e lo tiene dentro de ciertos fines: no dexandolo vagar por inciertas maneras. Para mayor conocimiento de lo cual avemos aqui de presuponer aquello de Aristoteles: que en cada un genero de cosas ay una que mide todas las otras: e es la menor en aquel genero. Assi como en los numeros es la unidad: por la cual se miden odas las cosas que se cuentan. porque no es otra cosa ciento: sino cien unidades. Y assi en la musica lo que mide la distancia de las bozes es tono o diesis. lo que mide las cantidades continuas es o pie o vara o passada. Y por consiguiente los que quisieron medir aquello que con mucha diligencia componian o razonavan. hizieronlo por una medida la cual por semejanza llamaron pie: el cual es lo menor que puede medir el verso e la prosa. Y no [p. 52] se espante ninguno porque dixe que la prosa tiene su medida: porque es cierto que la tiene: e aun por aventura muy mas estrecha que la del verso: segun que escriben Tulio e Quintiliano en los libros en que dieron preceptos de la retorica. Mas de los numeros e medida de la prosa diremos en otro lugar: agora digamos de los pies de los versos: no como los toman nuestros poetas: que llaman pies a los que avian de llamar versos: mas por aquello que los mide: los cuales son unos assientos o caidas que haze el verso en ciertos lugares. Y assi como la silaba se compone de letras: assi el pie se compone de silabas. Mas porque la lengua griega e latina tienen diversidad de silabas luengas e breves: multiplicanse en ellas los pies en esta manera. Si el pie es de dos silabas: o entrambas son luengas. o entrambas son breves. O la primera luenga e la segunda breve. ó la primera breve e la segunda luenga. e assi por todos son cuatro pies de dos silabas. spondeo. pirricheo. trochéo. iambo. Si el pie tiene tres silabas o todas tres son luengas e llamasse molosso o todas tres son breves e llamase tribraco. o las dos primeras luengas e la tercera breve e llamasse antibachio. o la primera luenga e las dos siguientes breves. e llamase dactilo. o las dos primeras breves e la tercera luenga e llamase anapesto. o la primera breve e las dos siguientes luengas e llamase antipasto. ó la primera e ultima breves e la de media luenga. e llamase anfibraco. o la primera e ultima luengas e la de medio breve. e llamase anfimacro. e assi son por todos ocho pies de tres silabas. Y por esta razon se multiplican los pies de cuatro silabas: que suben a diez e seis. Mas porque nuestra lengua no distingue las silabas luengas de las breves. e todos los generos de los versos regulares se reduzen a dos medidas: la una de dos silabas: la otra de tres: osemos poner nombre a la primera spondeo: que es de dos silabas luengas: a la segunda dactilo que tiene tres silabas la primera luenga e las dos siguientes breves: porque en nuestra lengua la medida de dos silabas e de tres: tienen mucha semejanza con ellos. Ponen muchas vezes los poetas una silaba demasiada despues de los pies enteros: la cual llaman medio pie o cesura: que quiere decir cortadura: mas nuestros poetas nunca usan della sino en los comienzos de los…

 

domingo, 20 de enero de 2013

ANDALUCÍA, CUNA DE POETAS



GEOGRAFÍA DE ANDALUCÍA.
Su capital es Sevilla y abarca las provincias de: Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla.
 
Andalucía es la comunidad autónoma con mayor número de habitantes y la segunda de España en superficie. La variedad de sus paisajes, la benignidad de su clima y el carácter hospitalario de sus gentes la han convertido en una de las regiones más atractivas para el visitante.

Sus 3000 horas de sol al año, su suave clima mediterráneo y sus extensas costas de playas doradas con bellísimos puertos naturales, ya sirvieron de refugio seguro para los navegantes fenicios mil años antes de Cristo.

Andalucía cuenta con dos tipos de playas, las que corresponden al Océano Atlántico en el litoral de Huelva y Cádiz (Costa de la Luz), que son amplias, de arena fina y fuerte oleaje; y las del Mediterráneo que van desde el Estrecho de Gibraltar hasta Almería (Costa del Sol, Costa Tropical y Costa de Almería), al abrigo de los vientos y con aguas más cálidas.

Sus tierras están cruzadas por el río Guadalquivir, padre de antiquísimas civilizaciones, como la de tartessos y otras que dejaron a sus orillas una huella monumental impresionante. Adicionalmente sus montañas de Sierra Morena y Sistemas Béticos, donde se encuentran las cumbres más altas de la península; Mulhacén y Veleta, ofrecen paisajes de increíble belleza.
Andalucía es además patria de mitos, donde el ritual puede ser conocido en toda su autenticidad: El rito de la corrida y el mundo mágico de los toros; el rito del vino y el mundo fresco de la bodega; el rito del caballo y el mundo asombroso de su doma. En la tierra donde nació el flamenco, desde donde se partió para el nuevo mundo, o donde la literatura o la opera crearon mitos como Carmen, Don Juan Tenorio, El barbero de Sevilla....y tantos otros, encontramos una irrepetible amalgama entre tradición y progreso.
ANDALUCÍA Y LAS LETRAS.
El peso de Andalucía en la historia de la literatura en castellano es muy grande. En 1492 Antonio de Nebrija publicó su célebre Gramática Castellana, la primera de una lengua vulgar que se escribió en Europa. En 1528 Francisco Delicado escribió la Lozana andaluza, novela en la órbita La Celestina, mientras que el sevillano Mateo Alemán escribió Guzmán de Alfarache, la primera novela picaresca de autor conocido.
Asimismo tuvo especial importancia la escuela literaria humanista sevillana con autores como Juan de Mal Lara, Fernando de Herrera, Gutierre de Cetina, Luis Barahona de Soto, Juan de la Cueva, Gonzalo Argote de Molina y Rodrigo Caro, entre otros. Miguel de Cervantes "engendró" su inmortal novela Don Quijote de la Mancha según su prólogo en Sevilla, durante su presidio en la Cárcel Real en 1957. No se sabe si con ese término quiso decir que comenzó a escribirlo mientras estaba preso o, simplemente, que se le ocurrió la idea allí. En cualquier caso son diversos los pasajes de la primera parte del Quijote que trascurren en Andalucía, así como numerosas las alusiones a esa tierra, en especial, a su aristocracia y a su hampa, que es precisamente el tema Rinconete y Cortadillo novela ejemplar, de ambiente sevillano. El cordobés Luis de Góngora fue el máximo exponente del culteranismo de la poesía barroca del Siglo de Oro.
El Romanticismo literario en España tuvo uno de sus polos fundamentales en Andalucía, con autores como el Duque de Rivas, José Cadalso y Gustavo Adolfo Béquer. El costumbrismo andaluz tiene una de sus máximas expresiones en las Escenas andaluzas de Serafín Estébanez Calderón y en las obras de Pedro Antonio de Alarcón.
A caballo entre el siglo XIX y el XX destacan los escritores andaluces Ángel Ganivet, Manuel Gómez-Moreno, Manuel y Antonio Machado y Francisco Villaespesa, tradicionalmente encuadrados en la llamada Generación del 98. Dentro de ella, los Hermanos Álvarez Quintero como fieles retratistas de la idiosincrasia andaluza en sus entremeses, en que sus personajes usan frecuentemente el dialecto andaluz. También el sevillano Rafael Cansinos Assens, perteneciente a la Generación de 1914 o Novecentismo, dejó un profundo rastro de andalucismo en su obra literaria y crítica. Especialmente relevante fue el moguerreño Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura, personalidad singular y trascendental dentro de la poesía española de todos los tiempos.
Gran parte de los miembros de la Generación del 27, verdadera Edad de Plata de la cultura española, reunida en torno al homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla, fueron andaluces, como Federico García Lorca, Luis Cernuda (1), Rafael Alberti, Manuel Altoaguirre, Emilio Prados y Vicente Aleixandre, quien recibiera el Premio Nobel en 1977.
Asimismo existen varios personajes literarios del ambiente andaluz convertidos en auténticos arquetipos de la literatura universal como Carmen, la gitana de Prosper Merimée, Fígaro, El barbero de Sevilla de Pierre-Augustin de Beaumarchais y Don Juan, El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina.
Como en la mayoría de España, el principal vehículo de la lírica popular andaluza es el romance, aunque también existen estrofas propias de Andalucía como la soleá o la soleariva. Los romances, las nanas, los pregones, las retahílas, las canciones de labor y un largo etcétera son muy abundantes.
 
Capítulo aparte merece la literatura hispanoárabe en dialecto andalusí, con autores nacidos en el territorio andaluz actual, como Ibn Hazm, Ibn Zaydun, Ibn Quzman, Abentofail, Al-Mutamid, Ibn al-Khatib,Ibn al-Yavvah e Ibn Zamrak.


(1) Luis Cernuda fue uno de los poetas fundamentales de la Generación del 27, nacido en Sevilla en septiembre de 1902. La obra de Gustavo Adolfo Bécquer despertó su interés por la poesía desde muy pequeño; comenzó a escribir alentado por un profesor, quien a su vez le brindaba conocimientos técnicos. En su juventud, realizó sus primeras publicaciones en Revista de Occidente. Estuvo siempre muy influenciado por la literatura francesa, e incluso tradujo parte de la obra del surrealista Paul Éluard. Nunca escondió su homosexualidad, y esto acarreó las nefastas etiquetas y el esperable desprecio en su propia tierra, con la cual no parecía sentirse muy identificado. Durante la Guerra Civil, comenzó su exilio en Estados Unidos, donde trabajó como docente. Más tarde, se trasladó a México, donde falleció en noviembre de 1963.

A lo largo de su vida, reflejó en sus poemas un espíritu que comenzó esperanzado, que exaltaba la belleza y la ornamentaba, pero que progresivamente se fue endureciendo y se volvió más práctico y conceptual. Algunos de sus títulos, ubicados en orden cronológico, bastan para avalar lo dicho anteriormente: "Perfil del aire", "Los placeres prohibidos", "Las nubes", "Vivir sin estar viviendo" y "Desolación de la quimera". Tras el
asesinato de Lorca, le dedicó la elegía "A un poeta muerto (F. G. L.)".
 
A UN POETA MUERTO
Luis Cernuda
 
A Federico García Lorca
 
 
Así como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.

Leve es la parte de la vida
Que como dioses rescatan los poetas.
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña
Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano.

Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria sólo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario.

La sal de nuestro mundo eras,
Vivo estabas como un rayo de sol,
Y ya es tan sólo tu recuerdo
Quien yerra y pasa, acariciando
El muro de los cuerpos
Con el dejo de las adormideras
Que nuestros predecesores ingirieron
A orillas del olvido.

Si tu ángel acude a la memoria,
Sombras son estos hombres
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra;
La muerte se diría
Más viva que la vida
Porque tú estás con ella,
Pasado el arco de tu vasto imperio,
Poblándola de pájaros y hojas
Con tu gracia y tu juventud incomparables.

Aquí la primavera luce ahora.
Mira los radiantes mancebos
Que vivo tanto amaste
Efímeros pasar junto al fulgor del mar.
Desnudos cuerpos bellos que se llevan
Tras de sí los deseos
Con su exquisita forma, y sólo encierran
Amargo zumo, que no alberga su espíritu
Un destello de amor ni de alto pensamiento.


Igual todo prosigue,
Como entonces, tan mágico,
Que parece imposible
La sombra en que has caído.
Mas un inmenso afán oculto advierte
Que su ignoto aguijón tan sólo puede
Aplacarse en nosotros con la muerte,
Como el afán del agua,
A quien no basta esculpirse en las olas,
Sino perderse anónima
En los limbos del mar.

Pero antes no sabías
La realidad más honda de este mundo:
El odio, el triste odio de los hombres,
Que en ti señalar quiso
Por el acero horrible su victoria,
Con tu angustia postrera
Bajo la luz tranquila de Granada,
Distante entre cipreses y laureles,
Y entre tus propias gentes
Y por las mismas manos
Que un día servilmente te halagaran.

Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida,
Y si una fuerza ciega
Sin comprensión de amor
Transforma por un crimen
A ti, cantor, en héroe,
Contempla en cambio, hermano,
Cómo entre la tristeza y el desdén
Un poder más magnánimo permite a tus amigos
En un rincón pudrirse libremente.

Tenga tu sombra paz,
Busque otros valles,
Un río donde del viento
Se lleve los sonidos entre juncos
Y lirios y el encanto
Tan viejo de las aguas elocuentes,
En donde el eco como la gloria humana ruede,
Como ella de remoto,
Ajeno como ella y tan estéril.

Halle tu gran afán enajenado
El puro amor de un dios adolescente
Entre el verdor de las rosas eternas;
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra,
Tras de tanto dolor y dejamiento,
Con su propia grandeza nos advierte
De alguna mente creadora inmensa,
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria
Y luego le consuela a través de la muerte.

CÓMO LLENARTE, SOLEDAD,
Luis Cernuda
  
Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma...

De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,
quieto en ángulo oscuro,
buscaba en ti, encendida guirnalda,
mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
y en ti los vislumbraba,
naturales y exactos, también libres y fieles,
a semejanza mía,
a semejanza tuya, eterna soledad.

Me perdí luego por la tierra injusta
como quien busca amigos o ignorados amantes;
diverso con el mundo,
fui luz serena y anhelo desbocado,
y en la lluvia sombría o en el sol evidente
quería una verdad que a ti te traicionase,
olvidando en mi afán
cómo las alas fugitivas su propia nube crean.

Y al velarse a mis ojos
con nubes sobre nubes de otoño desbordado
la luz de aquellos días en ti misma entrevistos,
te negué por bien poco;
por menudos amores ni ciertos ni fingidos,
por quietas amistades de sillón y de gesto,
por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,
por los viejos placeres prohibidos
como los permitidos nauseabundos,
útiles solamente para el elegante salón susurrado,
en bocas de mentira y palabras de hielo.

Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
que yo fui,
que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones;
por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
limpios de otro deseo,
el sol, mi dios, la noche rumorosa,
la lluvia, intimidad de siempre,
el bosque y su alentar pagano,
el mar, el mar como su nombre hermoso;
y sobre todo ellos,
cuerpo oscuro y esbelto,
te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
y tú me das fuerza y debilidad
como el ave cansada los brazos de la piedra.
Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
oigo sus oscuras imprecaciones,
contemplo sus blancas caricias;
y erguido desde cuna vigilante
soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres,
por quienes vivo, aún cuando no los vea;
y así, lejos de ellos,
ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
roncas y violentas como el mar, mi morada,
puras ante la espera de una revolución ardiente
o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.

Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?

Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.